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Estudio de Jóvenes - 1era de Corintios


Pablo se presenta a sí mismo como el escritor junto con Sóstenes en el primer versículo.

Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 
(1 Corintios 1.1)

Hay un nombre Sóstenes relacionado a Corinto. Cuando Pablo estaba en Corinto, él fue llevado por algunos de los judíos delante del magistrado Corinto, Galileo. Y se presentaron cargos contra Pablo por los judíos acerca de su religión. Y Galileo dijo, “Miren, si este hombre fuera culpable de traición o algo contra el gobierno, entonces yo tendría que ponerme firme en juicio contra él, pero como es una cuestión religiosa, ¿Por qué roban mi tiempo?” Y les ordenó que salieran y los hombres que estaban allí golpearon a Sóstenes, quien era el jefe de la sinagoga, probablemente el que ideó la
conspiración para llevar a Pablo delante del magistrado romano. Nosotros no sabemos con certeza, si éste es el mismo Sóstenes, sino se nos indicaría. Pero si era el mismo, es muy interesante que este hombre que una vez fue enemigo de Pablo ahora es una compañía para Pablo, uniéndose a él mientras Pablo escribe a la iglesia de Corinto. 

Corinto era el centro del comercio mundial. Era una ciudad extremadamente lujosa. Si usted mira un mapa de Grecia, encontrará que el área del Sur de Grecia es casi una isla. Grecia se limita a este estrecho istmo y Corinto estaba allí en ese estrecho istmo de Grecia, solo 6 kilómetros y medio a través de la tierra. De esa manera, cualquier comercio que viniera del Norte o del Sur, desde Macedonia a Acacia, tenía que pasar por Corinto. Y sucedía también que la mayoría del comercio que pasaba desde el Este al Oeste también pasaba a través de Corinto, porque alrededor de la ladera Sur de Grecia el Cabo de Matene era tan traicionero que los marineros jóvenes realmente no querían navegar alrededor del Sur de Grecia. 

Corinto no era solo un centro comercial. Era el centro del pensamiento filosófico en esos días. De allí salió la frase, “Él habla al estilo Corintio”, que significaba muy estructurado, preciso y pintoresco. Y estos hombres estaban más interesados, no en lo que ellos decían, sino en cómo lo decían, dando toda clase de color a todos sus discursos. Ellos amaban la oratoria. No importaba lo que la persona decía, solo importaba que él era un buen orador. Les atraía la oratoria, pero también estaban interesados en el pensamiento filosófico.

Pero Corinto también era una de las ciudades más viles y malvadas del mundo. Con toda su filosofía, ellos no pudieron guardar a su ciudad de hundirse en la depravación más profunda. Y de esa manera, “Él vive como un Corintio” era una frase muy común que formaba parte de su jerga para describir a un hombre que siempre estaba borracho y vivía en abierta depravación. Ahora, en medio de esta ciudad pagana, una de las más bajas en cuanto a moral, había una Iglesia de Dios, la Ecclesia.

A continuación podrás escuchar el estudio completo de este libro.